viernes, 1 de septiembre de 2023

Puro refinamiento lejos de la ciénaga

Los daneses son notables, como siempre: capaces de una mezcla intensa, una variación dinámica extrema (en la que parecen pegados), una entonación perfecta incluso en los armónicos y una vitalidad y fluidez constantes.
Mark Swed, Los Angeles Times.

El Danish Sring Quartet ha celebrado su 20º Aniversario en 2022-23, y sigue afirmando su preeminencia entre los mejores cuartetos de cuerda del mundo. Para Robert Battey , crítico del  Washington Post, y que sabe de lo que habla, el Danish String Quartet es uno de los mejores cuartetos de cuerda de todos los tiempos: no puedo estar más de acuerdo con él. Tanto en disco como en directo, el Cuarteto de cuerda danés destaca no porque sean más brillantes o más elegantes que otros gigantes como el Kronos Quarter o el Cuarteto Quiroga sino por su ágil carisma, su elegante repertorio y la forma en que su luz y su matiz granulado pueden girar en un abrir y cerrar de ojos. Son, por su impecable musicalidad, su sofisticado arte, su exquisita claridad de conjunto y, sobre todo, por su inigualable capacidad para tocar como uno solo casi inasibles. Sus interpretaciones se caracterizan por una rara espontaneidad musical, dando al público la sensación de escuchar incluso el atesorado repertorio canónico como si fuera la primera vez: exudan una alegría palpable en cada  creación musical y tanto su programación inventiva e intrigante  como sus elecciones para concierto  han producido proyectos y encargos originales aclamados por la crítica, así como arreglos populares de música folclórica escandinava. 
Así,  esta temporada, el Cuarteto de Cuerda Danés continúa su serie Doppenlgänger, un ambicioso proyecto internacional de encargos de cuatro años de duración. Doppenlgänger empareja estrenos mundiales de cuatro compositores de renombre -Bent Sørensen, Lotta Wennäkoski, Anna Thorvaldsdottir y Thomas Adès- con grandes obras de cámara tardías de Schubert. Cada temporada, el Cuarteto interpreta un estreno mundial en un programa con su doppenlgänger -el cuarteto o quinteto de Schubert que lo inspiró-, culminando en 2024 con el estreno de un quinteto de Adès, después del Quinteto de cuerda en do mayor. 
 Los Doppenlgänger son encargos del Cuarteto de cuerda con el apoyo del Carnegie Hall, Cal Performances, UC Santa Barbara Arts & Lectures, Vancouver Recital Society, Flagey en Bruselas y Muziekgebouw en Ámsterdam, y su proyecto discográfico más reciente es PRISM, una serie de cinco discos en ECM New Series ( otra exquisitez marca de la discográfica bávara) que explora las simbióticas relaciones musicales y contextuales entre las fugas de Bach, los cuartetos de cuerda de Beethoven y las obras de Shostakovich, Schnittke, Bartok, Mendelssohn y Webern. Ahí es nada. Por otro lado, la discografía del Cuarteto también refleja la especial afinidad del conjunto por los compositores escandinavos, con la integral de los cuartetos de Carl Nielsen (DaCapo, 2007 y 2008) y Adès, Nørgård & Abrahamsen, su debut en ECM en 2016, y en esta línea han publicado dos discos de música folk tradicional escandinava, Wood Works (Dacapo, 2014) y Last Leaf (ECM, 20127), que fue uno de los mejores álbumes clásicos del año, según la elección de NPR y el The New York Times, entre otros. 

Los violinistas Frederik Øland y Rune Tonsgaard Sørenson y el violista Asbjørn Nørgaard se conocieron de niños en un campamento de verano musical donde jugaban al fútbol ( no confundir con el juego de la pelota de Jenny y demás comancheras) y hacían música juntos. De adolescentes, empezaron a estudiar música de cámara clásica y tuvieron como mentor a Tim Frederiksen, de la Real Academia Danesa de Música de Copenhague. En 2008, a los tres daneses se les unió el violonchelista noruego Fredrik Schøyen Sjölin. Todo lo que pueda afirmarse  sobre ellos es banal. Pero nada podría haberme preparado realmente para el tornado de energía que el cuarteto desató con su interpretación del Cuarteto de cuerda nº 14 de Schubert, "La muerte y la doncella" hace un año en Munich...  Entonces no necesité nada más, ningun otro argumento ontológico, para saber que...Dios existe.

Let's be careful out there 

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