domingo, 10 de julio de 2022

Bailar sobre la tela de araña

Dass auch Gras nach kurzer Zeit
Gekrönte Häupter decken werde.
[ Que dentro de poco la hierba cubrirá
También  las testas coronadas].
Brockes
Bedroom Folk  coreografiada por Sharon Eyal y co-creada por Gai Behar en 2015 para el Nederlans Dans Theater es simplemente una  exquisitez que desarrolla  el movimiento a través de una lente oscura y mágica. El físico intenso  y poderoso de los bailarines realzado por la envolvente y narcotica atmósfera  sonora del  DJ israelí Ori Lichtik, reduce el movimiento a una automatización deshumanizada cercana a la poética filmica de Fritz Lang en Metrópolis. 
Se inicia la pieza con 8 bailarines agrupados mientras golpean constantemente su pierna derecha con amartillados sonidos palpitantes. Juntos se convierten en una máquina impulsada por este simple gesto aparentemente interminable. Más tarde, se separan y agitan las manos mientras giran sobre los dedos de los pies. Sus movimientos de insectos atrapados en camisas de fuerza se metamorfosean nuevamente  como si experimentasen una muda. Ahora, exudan una fisicalidad arrebatadora pero restringida a su preciso diapasón matemático. 
Luego, el grupo se vuelve a reunir en filas y sacude  a la audiencia con una serie de profundos y exigentes pliés en segunda posición, que fijan como gelatina sus pies al suelo. Trabajan al unísono como  un motor alimentado por el poder de sus piernas. A medida que las bailarinas de la primera fila descienden y se elevan, la  musculatura de sus muslos queda al descubierto, expuesta  por una iluminación un tanto saturada.
Las alusiones a la lucha y al conflicto frustran una vez más la electricidad de su rebelión. 
Los bailarines se apiñan apolíneos,  desamparados Hércules en un espacio devastado,  como si soportasen sobre su postura ligeramente encorvada todo el dolor y el sufrimiento de los  forzados, de los desheredados de la tierra, de los oprimidos , entregados a su misión bajo la égida de sus  pasos lentos y precisos como el mecanismo de una rueca  en manos de las parcas.
El momento culminante de la pieza , ese instante decisivo del que hablaba Cartier Bresson tiene lugar cuando uno de los bailarines , el español Raúl  Ferreira, se separa del grupo en un solo exquisito que consolidado en un trabajo de pies fuerte y preciso otorga  el respiro momentáneo a las inagotables imitaciones físicas propias de la angustia...
( Hasta aqui en Munich) ...
Por desgracia, ayer en Peralada, la  caciquil decisión de la maestra repetidora encargada de la elección del elenco, no motivada por criterios artísticos sino  por la obligatoria  inclusión del bailarin alemán de cuota, sumada a la inoportuna ausencia  por lesión de dos  bailarines clave tanto en el desarrollo del tempo como en las pausas de ritmo de la pieza , privó a los asistentes al Festival del mejor elenco posible para el pleno  disfrute de esta maravilla contemporánea. Pero, aun cuando  "Doctores tiene la iglesia"  cada quien en su legítima aunque misérrima conciencia ética, su dudosa  profesionalidad,  y su comportamiento mezquino y traidor  se inclina por la elección de un  jamelgo teutón, teniendo a su disposición  un pura sangre español en plenitud de facultades, no deja por ello de ser una cretino integral.
Pese a todo lo anterior,  la magia narrativa de esta artística pieza política de Sharon de Eyal absorbe  el despertar y la disolución de una  humanidad, que estalla y se ovilla  a través de una entusiasta y extraña tela de araña avisándonos que el jarrón de narcisos que  adorna todas las testas coronadas del mundo  no es más que un manojo de húmedas amanitas rebosantes de veneno 
 El resultado es una obra de arte  que irradia desventura, rudeza, fracaso, apego, desequlibrio, alienación e inercia que nos advierte, como hacían los médicos antiguos  de la dificultad de combatir una enfermedad cuando se haya en sus  primeras fases: La enfermedad comienza con manifestaciones difusas tales como una epidemia, atentados de falsa bandera, una guerra creada ad hoc con fines espúreos, la manipulación hasta el hastío de una población alelada; una lectura rápida y acrítica de los hechos, la imposición de un punto de vista único, la creación por ingenieros sociales del enfrentamiento artificial  entre compatriotas... etc etc etc . pero que al mismo  tiempo nos alienta al  temple necesario para esperar a que el enemigo se haya desarrollado, y tener así laoportunidad de senmascarararlo. Ir al ballet hace la espera  más aamable y más placentera. Vayan ballet.

Let's be careful out there

PASAJES.

Munich a 26 de Marzo de 2022.

"Quizá no lo sepas todavía, pero la danza existe, dentro de tí, en todo momento. No hay mas que escuchar, mirar, sentir. Y también existe fuera de tí, en la naturaleza, en las gentes que te rodean, en todo lo que supone vida."
Jacqueline Robinson. 
 Con ocasión de  la Semana del Festival de Ballet del Bayerisches Staatsballett en Munich, punto culminante de la temporada cada primavera, la direccion artistica del coliseo muniqués ideó para la edicion de este año, bajo el epígrafe de Pasajes, un programa triple que encargó a los  renombrados coreografos David Dawson, Alexey Ratmansky y  Marco Goecke con suerte desigual. 
Los Pasajes pueden ser arcadas  acristaladas propicias para las compras pero tambien pueden ser transiciones que conducen por acumulación a lugares de  diverso significado. Y eso fue lo que sucedió la noche del estreno. 
Abrió la primera tabla del triptico David Dawson con Affairs of the heart, una pieza marcada por el  constante dinamismo de cuatro parejas de bailarines que  perfectamente sincronizadas y de forma un tanto deslavazada se movían formando  figuras conspicuas plenas de fuerza pero sin alma alguna que las alentase. Los duos y trios defendidos  por Elvina Ibraimova,  Prisca Zeisel y María Baranova con tecnica exquisita, y el titánico esfuerzo de estibador al que se vio sometido Emilio Paván en los  portés, resultaron  insuficientes para  insuflar algo de vida a los supuestos affairs de un corazón atrapado en el ritmo geométrico del inglés y al que salvó del colapso definitivo el masaje  milagroso de Shale Wagman capaz de desplegar sobre el escenario  toda  una panoplia magistralmente ejecutada de saltos y piruetas soportados en su carisma. 
Quizá de un modo un tanto arrogante Platón aconsejó mantenerse alejado de la Academia a quien no fuera geómatra pero fuere por vanidad o por simple desconocimiento el afamado británico obvió el consejo del sabio ateniense y siguió a su bola empeñado en  componer círculos, cuadrados y rectángulos sin haber previamente  establecido una intimidad con lo redondo, y  así , en lugar de un crear un trabajo acorde con su prestigio  prefirió elaborar sandwiches vegetales con mantequilla y té.
La segunda tabla, obra de Ratmansky,   tiene  como principio fundador  el estudio del color de 1913 de Vasily kandinsky que en  su libro " de lo espiritual en el arte "dejó escrito que el número de colores y formas es infinito, como tambien lo son las combinaciones y los efectos de las mismos". Y así, mutatis mutandi, el ucraniano elaboró sobre el paseo evocado por los cuadros musicales de Musorsky con sus momentos melancolicos, desenfadados y alegres, un variado mosaico de piezas con la pretensión de dar respuesta a las tesis de Kandinsky sobre como se perciben las distintas combinaciones  cromáticas, utilizando para ello  pequeños grupos de bailarines que  interactuando entre si intentaron de forma urgente tejer toda una compleja  comunicacion con el espectador y a modo de poema  estimular el alma humana. 
Sin embargo, y pese al empeño puesto por el el magnífico elenco coordinado por el gran Amar Ramasar , el resultado fue decepcionante. En la fallida propuesta colaboraron tanto el infame diseño de producción al colgar literalmente sobre el fondo del escenario unos trapos pintarrajeados que lejos de representar las relaciones entre colores en sinfónica armonica se asemejaban más a la colada puesta a secar de una penitenciaría , como la incapacidad manifiesta del activista coreógrafo para entender que la colaboración entre las artes que había propugnado el artista ruso no debería implicar que pudiesen perder por ello  su especificidad .
 Y en esto, y dejando a un lado el  indigno espectáculo de propanganda política pro-ucraniana ocurrido durante los saludos y aplausos ante un  público incomprensiblente entregado  al aquelarre, los dos pasajes anteriores condujeron la velada por entre un laberinto invisible que terminó desembocando  en el epígono inacabado de "Sweet bones melody", firmado por Marco Goecke, última tabla del triptico, y verdadero acontecimiento artístico de la noche.

  A traves de una densa atmósfera escénica que en ocasiones  impedía   ver con nitidez las siluetas en movimiento de los bailarines, el genio de Wuppertal fiel a su estilo dejó el camino libre a lo elemental, rompió los bastiones de la seguridad e hizo trizas el triunfo de las murallas y los tópicos,  exprimiendo el corazón de los  inquietantes " tableaux vivants for orchesta" compuestos por la surcoreana Unsuk Chin para sacar a lo huidizo de la mirada de lo perdurable.  Pero para llevar todo eso a cabo se necesitan bailarines poliédricos dotados de expresividad, presencia escénica y una técnica primorosa. De   entre ellos,  destacó sobremanera Raúl Ferreira cuyo dueto con la brasileña Carolina  Bastos fue sencillamente subyugante.
Con una técnica extraordinaria, pulida en la Academia Vaganova, el gallego, curtido en las tablas del Teatro Mariinsky entiende como pocos el sutil y elegante  lirismo exigido por Goecke sin limitarse a moverse con la música, buscando con sus lineas infinitas la pulsion original  oculta en cada nota. 
 Y con el desasosiego ante el salto de lo fenoménico a la idea, con el asombro que sentimos ante la innovadora radiografia de fenómenos como la disociación y la alienación del sujeto, la descomposición del mundo y la pérdida de sentido que con su personalísimo escaner expresionista, artisticamente al alcance de muy pocos, es capaz de hacer Marco Goecke, se puso fin a la Premiere de este año entre la ovación cerrada de un público enfervorizado y satisfecho.
  
Let's be careful out there. 

To get to become

Al tiempo que el tufo a letrina del G-7  invadía literalmente con su indignidad moral la cotidianidad muniquesa sin reparar en todos los inconvenientes  ocasionados a la ciudadania, en el bellisimo Teatro Prinzregenten de Munich tuvo lugar la edicion de este año de Heute ist morgen. 
Con la serie Heute ist Morgen , uno de los legados dejados por el anterior director artístico Igor Zelensky, el Bavarian State Ballet presenta  anualmente una plataforma que ofrece a destacados jóvenes coreográfos la posibilidad de mostrar sus últimas creaciones contemporáneas.
 Las representaciones en el Prinzregententheater son muy populares entre el público y patentizan  la amplia gama de firmas artísticas con las que se diseña el ballet en la actualidad. Se utilizan elementos de arte narrativo, abstracto, improvisado, clásico y de actuación exponiendo  las tendencias en las que el ballet podría desarrollarse en el futuro.
De las tres propuestas  del programa  destacó sobremanera el trabajo de Philippe  Kratz  To get to become que con su elocuente mudez de puro gesto se centró en la búsqueda de un movimiento que parecía deslizarse, flotar y perderse en el espacio.
Krazt no es ningun desconocido ya que la  revista italiana Danza&Danza lo nombró Coreógrafo del Año en enero de 2020 y en Munich ha desplegado un trabajo coherente y muy bien trabado 
manteniendo siempre una  concreción formal, desarrollando una intención, y acertando en la eleccion del elenco : toda una  densa maleabilidad muscular al servicio de un pensamiento de denuncia política pero sin dejar de lado su alta  pretensión artística  de manifestación y disolución que intenta moldear el tiempo y al mismo tiempo relacionarse con el espacio circundante.
Además , la integridad artística y humana son también el tema de la obra "Llegar a ser" como se puede ver  en la elección de la música de Gabriels.
 Philippe Kratz se centra en las tragedias humanas , mira en los despeñaderos  sociales, recoge estos agravios y los lleva a la forma del ballet. En sus palabras, "esta forma de danza es adecuada para visibilizar la dinámica de la red de relaciones que me inspiraron las ideas de James Baldwin" ( icono del movimiento de derechos civiles  en USA) y  en el desarrollo de estas ideas resulta un  acierto la alternancia de formaciones grupales y solistas a lo largo de una diagonal con un espejo de hormigón en el escenario que refleja  estos problemas sociales agudizando la vista.  La coreografía para siete bailarines sugiere una especie de constelación familiar, con todas sus dinámicas diferentes. La estructura se caracteriza por una separación permanente y una conducción conjunta y armónica que requiere y exige el dominio de la  técnica necesaria para domeñar no solo los desafíos artísticos sino también los acrobáticos como algo natural.
En Kratz todo fluye más despacio, más suave, más apaciblemente, aunque de vez en cuando suene la amarga melancolía de la música negra y es ahí, en el último tercio de la pieza  en donde, como movidos  por hilos invisibles los cuerpos de los bailarines Severin Brunhuber y Rául  Ferreira  se mueven de manera armoniosa y sincronizada como ejecutando un ritual y con asombrosa adecuación cruzan el escenario con pies de marioneta como dos esgrimistas sobre un alambre.
Los Pas-de- Bras , que aún pueden reconocerse rudimentariamente, permanecen redondeados. E incluso un ligero pas-de-deux se entreteje entre los arreglos grupales. Hay algo así como un velo invisible sobre la danza, algo poético aún indefinido. Quizás esta exigente pieza, en la que Kratz, como él mismo dijo," trabajó durante mucho tiempo",  no esté del todo terminada. Sea como fuere,  la danza se afirma como un arte expresivo relacionado con lo pictórico gracias sobre todo a la  apolínea presencia de un Raúl Ferreira pleno de delicadeza, expresividad, rigor técnico y  presencia escénica, un bailarín al que resulta dificil encasillar y cuyo enorme  talento no tiene techo.
Esto también fue reconocido por los estruendosos aplausos finales.
Si como dice Ortega" lo bueno y malo en arte ha de ser entendido como aquello que cumple su intención o no la cumple" TO GET TO BECOME  la cumple con creces. 
Let's be careful out there