Dass auch Gras nach kurzer Zeit
Gekrönte Häupter decken werde.
[ Que dentro de poco la hierba cubrirá
También las testas coronadas].
Brockes
Bedroom Folk coreografiada por Sharon Eyal y co-creada por Gai Behar en 2015 para el Nederlans Dans Theater es simplemente una exquisitez que desarrolla el movimiento a través de una lente oscura y mágica. El físico intenso y poderoso de los bailarines realzado por la envolvente y narcotica atmósfera sonora del DJ israelí Ori Lichtik, reduce el movimiento a una automatización deshumanizada cercana a la poética filmica de Fritz Lang en Metrópolis.
Se inicia la pieza con 8 bailarines agrupados mientras golpean constantemente su pierna derecha con amartillados sonidos palpitantes. Juntos se convierten en una máquina impulsada por este simple gesto aparentemente interminable. Más tarde, se separan y agitan las manos mientras giran sobre los dedos de los pies. Sus movimientos de insectos atrapados en camisas de fuerza se metamorfosean nuevamente como si experimentasen una muda. Ahora, exudan una fisicalidad arrebatadora pero restringida a su preciso diapasón matemático.
Luego, el grupo se vuelve a reunir en filas y sacude a la audiencia con una serie de profundos y exigentes pliés en segunda posición, que fijan como gelatina sus pies al suelo. Trabajan al unísono como un motor alimentado por el poder de sus piernas. A medida que las bailarinas de la primera fila descienden y se elevan, la musculatura de sus muslos queda al descubierto, expuesta por una iluminación un tanto saturada.
Las alusiones a la lucha y al conflicto frustran una vez más la electricidad de su rebelión.
Los bailarines se apiñan apolíneos, desamparados Hércules en un espacio devastado, como si soportasen sobre su postura ligeramente encorvada todo el dolor y el sufrimiento de los forzados, de los desheredados de la tierra, de los oprimidos , entregados a su misión bajo la égida de sus pasos lentos y precisos como el mecanismo de una rueca en manos de las parcas.
El momento culminante de la pieza , ese instante decisivo del que hablaba Cartier Bresson tiene lugar cuando uno de los bailarines , el español Raúl Ferreira, se separa del grupo en un solo exquisito que consolidado en un trabajo de pies fuerte y preciso otorga el respiro momentáneo a las inagotables imitaciones físicas propias de la angustia...
( Hasta aqui en Munich) ...
Por desgracia, ayer en Peralada, la caciquil decisión de la maestra repetidora encargada de la elección del elenco, no motivada por criterios artísticos sino por la obligatoria inclusión del bailarin alemán de cuota, sumada a la inoportuna ausencia por lesión de dos bailarines clave tanto en el desarrollo del tempo como en las pausas de ritmo de la pieza , privó a los asistentes al Festival del mejor elenco posible para el pleno disfrute de esta maravilla contemporánea. Pero, aun cuando "Doctores tiene la iglesia" cada quien en su legítima aunque misérrima conciencia ética, su dudosa profesionalidad, y su comportamiento mezquino y traidor se inclina por la elección de un jamelgo teutón, teniendo a su disposición un pura sangre español en plenitud de facultades, no deja por ello de ser una cretino integral.
Pese a todo lo anterior, la magia narrativa de esta artística pieza política de Sharon de Eyal absorbe el despertar y la disolución de una humanidad, que estalla y se ovilla a través de una entusiasta y extraña tela de araña avisándonos que el jarrón de narcisos que adorna todas las testas coronadas del mundo no es más que un manojo de húmedas amanitas rebosantes de veneno
El resultado es una obra de arte que irradia desventura, rudeza, fracaso, apego, desequlibrio, alienación e inercia que nos advierte, como hacían los médicos antiguos de la dificultad de combatir una enfermedad cuando se haya en sus primeras fases: La enfermedad comienza con manifestaciones difusas tales como una epidemia, atentados de falsa bandera, una guerra creada ad hoc con fines espúreos, la manipulación hasta el hastío de una población alelada; una lectura rápida y acrítica de los hechos, la imposición de un punto de vista único, la creación por ingenieros sociales del enfrentamiento artificial entre compatriotas... etc etc etc . pero que al mismo tiempo nos alienta al temple necesario para esperar a que el enemigo se haya desarrollado, y tener así laoportunidad de senmascarararlo. Ir al ballet hace la espera más aamable y más placentera. Vayan ballet.
Let's be careful out there
No hay comentarios:
Publicar un comentario