miércoles, 7 de octubre de 2020

El Saco de Madrid.


Frescos de la Iglesia de los Alemanes

Recuerdo al vendedor de cupones de la Once apoyado en una de las barandas de entrada a la playa de A Rapadoira repitiendo como una letanía la siguiente frase : "no hagan cola que hay para todos". 

Lo cierto, es que a lo largo de los  muchos veranos que pasé en Foz, delante de aquel magnífico vendedor, nunca se formó nada semejante a una fila, a no ser que entendamos como tal, ese tumulto de clientes en hilera proyectados por su deseo. Así es como el humo es índice del fuego.

La existencia es un hecho bruto pero no está condenada a ser también un hecho ciego. 

La fila de indigentes y necesitados que  he visto a la entrada del comedor de la Iglesia de los Alemanes no es kilométrica pero tampoco es fruto de la quimera de un ciego: la cola, en este caso es real. En pleno corazón de Malasaña, en el lateral de la Corredera Baja de San Pablo donde está  el comedor, huele a sopa de sobre, a tristeza, a la desolación rebosante de   los contenedores de basura, a gueto: Madrid, en contraste con el ilusionismo barroco de los frescos del interior del templo, es una ciudad asediada. 

La maquinaria de asedio comunista del sociata Sánchez utiliza el BOE a modo de ariete y, donde hace unos meses era imprescindible la declaración de Alarma, ahora basta con una orden ministerial para confinar Madrid. La lectura de la Resolución  de  30  de  septiembre  de  2020 causa rubor, y muchas dudas jurídicas. No tardarán en resolverse en  la fiscalia anticorrupción, que ya sabemos en manos de quién está  segun el propio cuatrero Sánchez. Él mismo lo dijo: pues es eso, en manos del gobierno.

Cercan La Comunidad de Madrid con intención de colapsar su economía  para con ulterioridad vender troceado el país. 

  Nada detendrá a Sanchez y sus huestes. Llevan 66 R.D.Leyes aprobados a día de hoy. Que el art 86.1 de la constitución los limite a casos de extraordinaria y urgente necesidad, literalmente se la sopla. Si Madrid cae todo se irá al carajo: saltaremos por los aires.

No hagan cola señores, que hay para todos.

No hagan cola señores, que hay para todos.

todos los paletos fuera de Madrid

Let's be careful out there 

lunes, 5 de octubre de 2020

La Doyenne

Esta tarde en las Ardenas se ha  demostrado una vez más la   autenticidad de esa verdad inmutable del ciclismo, maestro de tantas cosas, que señala que hasta que no se cruza la línea de meta, no se debe cantar victoria. La Decana, no es baladí su nombre, ha evidenciado con la claridad de un esqueleto mondado por dermésticos, como mínimo  dos cosas: la inutilidad de levantar las manos antes de tiempo y que el novio de la bellísima Marion Rousse es un auténtico étourdi (cabeza de chorlito). Julián Alapphileppe ha premiado el tesón de Roglic con la candidez de  un niño de San Ildefonso cantando para el Esloveno el Monumento de la Lieja. Ese recorrido en dientes de sierra del que hablan los que saben como el lugar idóneo para disputar una carrera de bicicleta no ha vuelto a dar tregua 

Entre Lieja y Bastoña, el general Patton detuvo la ofensiva alemana de Von Runstedt en 1945, ahí es nada. Y es que nos encontramos en un terreno en donde el bosque está abierto por un hueco de profundos valles, de recovecos y emboscadas  propicios para el cantar de gesta.

De gestas hablamos cuando en 1979 Hinault, cansado y cortado por un viento gélido, se quitó el chubasquero antes de la subida a Haute- Leéve,  a 80 km de la meta, y con un acelerón inesperado, se despegó de los cinco hombres que lo acompañaban : no volvieron a verlo. En esa infernal  edición a las dos horas habían abandonado 120 hombres, Lucien Van Impe, entre ellos.

" No siento nada- declaró el tejón, mientras golpeaba con fuerza los dedos contra una mesa de madera-:  He perdido toda sensibilidad.

Hablamos de gestas cuando en 1969 Eddy Merckx enlazó la Lieja con el Tour de Flandes finalizando las dos pruebas en solitario sin concesiones, sin gestos.

 Para Michele Bartoli, dos veces ganador de este Monumento del ciclismo, la  Doyenne es la clásica más bella del calendario. Según  el transalpino, ganar la Lieja no es cuestión tanto de inteligencia o de  táctica  como de pura fuerza física. 

No seré yo quien discuta al  bicampeón, pero hoy en la Côte de la Roche-aux- Fauçons( introducida en 2008 por el director Christian  Proudhomme" para ir cambiando pequeñas cosa y alcanzar la ruta perfecta") el ciclista del Valle del Loira, afianzó la tesis de que  siendo el más fuerte se puede ser el más burro.

Mención aparte merece la televisión pública española que mientras se desarrollaba la carrera, emitía un apasionante duelo de fútbol femenino. 

Cosas ,supongo, del interés general y la audiencia. Por suerte, para quienes disfrutamos de un  deporte minoritario como es el ciclismo en España, todavía  nos queda  Eurosport. Todo se andará.

La camiseta. Rafael Amor.

Let's be careful out there.