Aristóteles, Política, libro 8
Ofertorium
Domine Jesu
( cuarteto y coro)
Domine, jesu Christe
Rex gloriae,
libera animas
omnium fidelium defunctorum
de poenis inferni
et de profundo lacu:
libera eas de ore leonis,
ne absorbeat eas tartarus,
ne cadant in obscurum,
sed signifer sanctus Michael
repraesentet eas in lucem sanctam,
quam olim Abrahae promisisti
et semini ejus
Hostias
(Coro)
Hostias et preces tibi, Domine,
laudis offerimus;
tu suscipe pro animabus illis,
quarum hodie memoriam facimus:
fac eas, Domine,
de morte transire ad vitam,
quam olim Abrahae promisisti
et semini ejus
El texto del ofertorio expresa la petición a Jesucristo para que libere las almas de los fieles difuntos de las penas del infierno, respetando la estructura responsarial del texto litúrgico conformado por una sección principal seguida de la estroa súplicas y sacrificios , al final de la cual se repiten los versos de la primera sección.
El diseño de fuga ayuda a evidenciar la estructura del movimiento. El Hostias tiene un caracter de coral bachiana sin alteraciones sustanciales a lo largo de todo el movimiento.
Sanctus
( Coro)
Sanctus, sanctus, sanctus
Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt coeli et terra
gloria tua.
Hosanna in excelsis
Benedictus
(Cuarteto y coro)
Benedictus qui venit in nomine Domini.
Hosanna in excelsis
Agnus Dei
( Coro)
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
dona eis requiem.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
dona eis requiem sempiternam
Communio
Lux aeternam
(Soprano y coro)
Lux aeterna luceat eis,
Domine,
cum sanctis in aeternum,
quia pius es.
Requiem aeternam dona eis,
Domine,
et lux perpetua luceat eis,
cum sanctis tuis in aeternum,
quia pius es.
A partir del Sanctus los movimientos son responsabilidad exclusiva de Süsmayr, excepto la Comunión.
El lux aeterna recupera el tono oscuro y lúgubre del Introito para dar paso a la doble fuga, "cum sanctis tuis" .
Pese a la tremenda congoja que produce el desconociento de cómo completaría Mozart este culmen del alma humana, su grandeza es tal que conserva la unidad y coherencia estilística segun la práxis de la época y su categórico propósito de vinculación litúrgica, propósito que parecen olvidar algunos modernos coreógrafos y dramaturgos con lecturas dramáticas y puestas en escena delirantes, ajenas a la esencia de una Misa de difuntos, que no es otra cosa, además de tantas otras, lo que es el Réquiem, aunque pueda interpretarse en espacios y contextos inesperados, claro está.
Epílogo:
He aquí una red. Vieja como el mundo. Secular. Cae desde el cielo a la tierra trazando círculos.
Envuelve todo lo que existe. Lo arropa. Con su abrazo nos une, nos arrebuja con la necesidad
El nombre de la necesidad es Ananque. La obedecen todos, incluso los dioses del Olimpo. Ella es la única a quien Homero no dio la forma de una persona, por lo que los antiguos llegaron a dudar que tuviera rostro. Sólo mostró a su hija, la Moira, que hilaba el destino. En Hesíodo, las Moi-ras ya son tres: la primera hila en la rueca, la segunda vigila la longitud del hilo y la tercera acecha, tijeras en mano. Por encima de ellas, envuelta en un gran misterio, está la que Esquilo denomina «Moira fuerte» y cuyas sentencias son irrevocables: Ananque.
Let's be careful out there
No hay comentarios:
Publicar un comentario