viernes, 2 de febrero de 2024

LVIII


Selbst in Epochen, in denen die Sprache zum Mittel von Technikern und Bürokraten herabgesunken ist und wo sie, um Frische vorzutäuschen, beim Rotwelsch Anleihen ver- sucht, bleibt sie in ihrer ruhenden Macht ganz ungeschwächt. Das Graue, Verstaubte haftet nur ihrer Oberfläche an. Wer tiefer gräbt, erreicht in jeder Wüste die brunnenführende Schicht. Und mit den Wassern steigt neue Fruchtbarkeit her- auf.

Ernst Jünger. Der Waldgang, Ed. Klett- Cotta

El lenguaje permanece con la energía de siempre en su quieta fuerza incluso en épocas en que ha quedado rebajado a medio de técnicos y buró- cratas y en que, para aparentar frescor, trata de tomar prestadas palabras a la jerga chabacana. Lo grisáceo, lo polvoriento se adhiere únicamente a la superficie. Quien cava más hondo alcanza en cualquier desierto el estrato donde se halla el manantial. Y con las aguas sube a la superficie una fecundidad nueva.

Ernst  Jünger, La emboscadura, Tusquets.

Stabat Mater, Pergolesi, Fabio Biondi


¿Qué hora es? Ya ha amanecido. Mis ojos arden de vigilia, mi cuerpo está cansado. La puerta que me ha alejado  de un distante retorno está al pie de una colina junto a un viejo puente. Desde la puerta de ese viejo puente, contemplo el cielo nocturno repleto   de estrellas. Es una noche tranquila de inocencia, como la paz que me embarga. Podría encontrar razones para perturbar mi paz. No puedo. Todo ha sucedido fuera de mi alcance, no puedo encontrarlo. Un poco de sueño quizás, cansancio, ¿qué hora es? Todo el cielo por encima es un poco más brillante que las estrellas. Y hay cierta agitación invisible, un profundo estremecimiento del mundo que está a punto de despertar. Y siempre la resonancia del fluir de un río, pero tengo que prestar atención. A lo lejos, en los bordes de su curso, las pequeñas luces de un exiguo pueblo,  brillan. Brillan lentamente como si parpadearan en su luz mortecina. Ya es un breve parpadeo en la luz que viene a mi encuentro. Estoy de pie sobre mi bicicleta, hay un campo delante y luego la zambullida en el agua. Pasé la noche solo, era un hombre. Quiero decir que era perfecto. No es que tuviera mucho que decirle a nadie que duerme en su ataúd. Pero lo que tenía que decir era sólo entre nosotros dos. No mucho. En cualquier caso, entre los dos. Porque ¿quién más tiene derecho en este diálogo contigo? Había un mundo por decidir sólo entre nosotros.

- Ya estaba decidido, todo lo demás eran palabras , un mundo por resolver y todo lo demás eran circunstancias por dilucidar  en un enfrentamiento cósmico.

 Una noche de vigilia cansa y no tiene sentido tener sueño. Y estoy deseando que llegue el alba, el sol diurno, un horizonte abierto a la claridad. Tal vez para pedalear de nuevo un poco, tal vez para amar de nuevo un poco, va a ser un día caluroso. En cualquier caso, la purificación, el restablecimiento de la totalidad, el estar completo para mí. Con todo mi ser rasgado por el roce del tiempo, renacido. Sin pesadillas, sin angustia, sin manchas de sangre.

Me adentro un poco más en el robledal  frente a la capilla. Hay un pequeño muro blanco alrededor, justo hasta el borde del peligro. El muro es visible en la oscuridad del amanecer. Hay mojones altos para marcar el nivel  de la nieve al final de la ascensión. Por momentos  una densidad de canícula barre el aire, un cono de polvo luminoso, como un ojo brillante, me golpea de repente en la cara y gira hacia el lado opuesto. Un batir de alas inmensas, colosales. Tiene el tic maníaco de la repetición, gira y gira, regresa repentino, vuelve  a golpearme en la cara y pasa. Pego mi próstata al sillín , mis cuádriceps se tensan en búsqueda de oxígeno. Allá abajo, el valle siempre. Fuera de la capilla se extiende un camino minúsculo hacia el sotobosque tachueletado de pedernales, no pasa nadie. Una trenza hecha de humedad corre a lo largo de la cuesta , puedo verla, tiene una blancura en la oscuridad de leche. Y el rumor del bosque. Profundo y vasto en la inmensidad del amanecer. Mundo del principio, todo comenzará de nuevo por primera vez  ¡estoy preparado!

-Dime

- tengo cosas que decirte.

-Soy yo

 Miro distraídamente las farolas de la carretera detrás de la capilla. Dentro un fanal apagado y somnoliento. Sobre mí se eleva una pequeña colina con casas dispersas. Las veo, pálidas, también despertándose por la mañana. Algunas tienen una farola en la esquina, posiblemente del alumbrado público. O iluminan el patio trasero y se dejan encendidas por descuido. Y en todas ellas, un halo de bruma se abre paso desde el río. También abajo hay más casas frente a al puente, durmiendo en la mañana profundamente.

Son hermosas en su distanciamiento, similares en su aspecto pintoresco a mi figura enfundado en un culotte.

- ¡Moncho!

- Sí.

Habla alto con voz poderosa, entremezclada con el murmullo del río

-Nunca terminarás" tu cigarrillo", quiero hablar Contigo.

- Ya hemos dicho todo lo que había que decir.

- No lo hicimos. Y hay cosas que no he aprendido. - ¿Por ejemplo?

- ¿Qué hora es? Es hora, llegará enseguida. No volveremos a hablar. Echarás de menos lo que no dijimos. Nunca te gustó hablar. Pero ahora es diferente. Echarás de menos no haberlo dicho todo.

- ¿Por ejemplo?

y  me tiro a tumba abierta hacia Doiras. Me acerco al borde, podrían quedar rastrojos de alas y prenderse fuego con ellos. Engancho el dedo a las manetas del manillar y disparo. Durante escasos segundos vuelvo mi cabeza entre los codos y le pregunto de nuevo- ¿Por ejemplo?

 vacila un poco. Está claro que sólo quiere compañía. El pabilo de la única vela de aquella estancia, enhiesto, dolorido, gotea vida, derramando su ardiente  parafina sobre un suelo de brillantes alas húmedas  que aletean movidas por el  deseo.

¿Por qué la  filosofía? Me lo dijiste una vez y me pareció muy gracioso, casi absurdo. Pero lo más gracioso es que crees en la causa y el efecto. Porque primero eres y luego demuestras por qué eres.

 Y llegando As Pontes de Gatín deberías tener frío. Puedo sentirlo aquí mismo. 

¿Si cerrara la puerta?

A solas contigo Toda la historia del mundo reducida a ti y a mí. Con muchas circunstancias adyacentes sin importancia. 

Keith Jarret, The Köln Concert

-

De madrugada as locomotivas, quando chamam, mesmo distantes, dão a impressão de se encontrarem tão próximas que se podem apertar contra o peito. Os demais ruídos também. E o silêncio. E os odores. E as vozes que ciciam a quilómetros: tudo vizinho, nítido, transparente e frágil, de vidro. Incluindo a ponte que atravessa o Tejo e os pirilampos dos camiões a vogar no tabuleiro

António Lobo Antunes, As Naus.Ed.D. Quixote 

De madrugada las locomotoras, cuando llaman, incluso distantes, dan la impresión de encontrarse tan cerca que se pueden apretar contra el pecho. Los demás ruidos también. Y el silencio. Y los olores. Y las voces que susurran a unos kilómetros: todo próximo, nítido, transparente y frágil, de cristal. Incluso el puente que atraviesa el Tajo y las luciérnagas de los camiones que circulan por la pasarela.

Traducción, R.Ferreira 

Blue Train, John Coltrane

Let's be careful out there 




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