lunes, 12 de febrero de 2024

El placer del misterio

Dejó la agradable cena algo deprimido de espíritu. La marquesa le había colocado varios dardos con exquisita precisión. Ella le había recordado que su causa había sido derrotada una y otra vez; ella le había recordado que los Paludeskar eran compañeros muy curiosos para un revolucionario; ella le había recordado la ambigüedad de su propia posición. Y, sin embargo, admitió que  había hecho todo esto no por enemistad hacia su causa, sino para apoyarla. Ella casi había preguntado: ¿Dónde está nuestra revolución? ¿Qué estás haciendo al respecto?
Caminó inquieto por su habitación en la casa de Arrioskar, luego se acercó a la ventana que daba al jardín, la abrió y se asomó. La fuente tintineaba en su cuenco de piedra, un sonido fino y plateado en la noche. Una fuente en el cruce de la calle, unas puertas más abajo, entretejía un débil contrapunto. El viento amainaba. Reinaba un profundo silencio, la quietud de los largos campos que se extendían desde la ciudad por todos lados. Unas pocas estrellas ardían húmedamente brillantes en el cielo bañado de azul por la luz de la luna. Belleza, equilibrio, armonía...Harto de sí mismo, Itale intentó perderse en la luz de la luna, en el silencio, pero no pudo; en esa oscuridad germinante, en ese momento entre marzo y abril, entre el sueño y el despertar, sólo encontró ira, incertidumbre y miedo.
Volviendo sobre sí mismo, trató de enfrentarse a sí mismo, preguntando el origen del problema. ¿Cuándo se había convertido su trabajo, no en un fin, sino en una mera distracción de (¿o en un medio hacia?) algún fin diferente y más oscuro? ¿Qué necesidad estaba eludiendo, con qué ángel debía luchar? Al hacer las preguntas, le pareció que el problema residía en su presencia aquí, ahora, en esta casa. Todas sus incertidumbres de los últimos meses podrían aclararse por sí solas si simplemente pudiera responder a la pregunta: ¿Qué estoy haciendo aquí?
Úrsula K. Le Guin

Para celebrar sus veinte años de existencia el Cuarteto Quiroga ha grabado un nuevo álbum, el octavo en su discografía, que representa un personal homenaje al género, y a su literatura, desde sus orígenes hasta nuestros días, con obras de los tres compositores más importantes e históricamente influyentes de la historia de los cuartetos de cuerda -Joseph Haydn, Ludwig van Beethoven y Bela Bartok, junto con una grabación en primicia mundial de Secreta, obra maestra reciente de uno de los más grandes compositores vivos de nuestro tiempo, Gyorgy Kurtag. Átomos es un álbum que pretende ilustrar cómo estos compositores, en su búsqueda del núcleo de la expresión musical, y en su deseo de comprimir el sonido hasta una partícula incapaz de ulterior división - en otras palabras, hasta su átomo - dieron origen a algunos de los logros musicales más sorprendentes de lo que es, en cualquier caso, un repertorio excepcional.
En este fascinante viaje por el arte de la concentración musical, estos cuatro extraordinarios compositores revelan, a través de las obras aquí grabadas, lo que es tanto en la música como en la vida, el más notable de los dones, uno sólo al alcance de los más grandes: la humildad para reducirse a la mínima esencia y dejar que la música hable por sí misma  con la elocuencia más persuasiva y el tipo de belleza más conmovedor.
 Puede sonar a cliché pero el Cuarteto Quiroga ha desarrollado en todos estos años unas señas de identidad que van más allá de su compromiso con lo excelso. Como bien señala uno de sus miembros: "cuando proponemos algo, lo hacemos con una idea detrás. Todos nuestros discos tienen un hilo conductor. De hecho, nuestra discografía construye una especie de mapeo de lo que somos, refleja nuestro compromiso con contar una historia, con que el concierto sea más que una experiencia agradable."
En definitiva, otra joya en la discografía de este enorme cuarteto español; todo una escapada de la oscuridad a la luz, del ingenio al genio, de lo humano a lo sublime. Un viaje a las raíces mismas de la identidad musical y cultural de Europa, de  ese viejo continente que ha perdido el tren de los tiempos por culpa de la ignorancia, la soberbia, la inmoralidad, y la mala fe de unos dirigentes que han olvidado sus raices y nos conducen a un nuevo aunque conocido sheol. Una delicia, el disco, claro está.

Let's be careful out there 

No hay comentarios:

Publicar un comentario