Herman Hesse
La ciudad de Leipzig respira Bach, celebra a Bach. Leipzig no fue el único lugar de actividad de Johann Sebastian Bach, pero probablemente fue el más importante. Aquí pasó los últimos 27 años de su vida como Thomaskantor, entre cuyas funciones se incluían proveer de música a las cuatro principales iglesias de la ciudad. Las grandes Pasiones de Bach y muchas de sus obras instrumentales también se escribieron en Leipzig.
Las Pasiones, la Misa en si menor, el "Arte de la fuga" y los grandes ciclos de cantatas son el centro del Festival Bach de este año que se ha inaugurado con el lema" Bach para el futuro ". Pero todo lo anterior no es más que mera anécdota cuando en la iglesia de Santo Tomás se hace el silencio y comienza la música.
De pronto toda la coyuntura del absurdo en el que vivimos deja de suceder. El tiempo y el espacio se dilatan. La iglesia se agiganta alumbrada por el milagro sonoro de las tres cantatas programadas para hoy. En uno de los bancos cercanos a la tumba del genio de Eisenach la materia se apodera de la forma y la convierte en ella misma. Nada puede igualar el inmenso júbilo que siento. Mate, a mi lado, sigue con atención y asombro los textos de arias y recitativos contenidos en el programa. Cierro los ojos , respiro, y doy gracias; toda la fealdad y mediocridad del mundo han quedado aplastadas desde el instante mismo en el que se han cerrado las puertas de la iglesia y comienza el concierto.
Let's be careful out there
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