jueves, 20 de julio de 2023

Emil Nolde en Colonia

Alles, was der Gesellschaft - das heißt der Menschheit und der Welt - nützt, ist ehrenvoll. Alles, was ihr schadet, schändlich.
 Gottfried Wilhelm Leibniz 
Todo lo que beneficia a la sociedad, es decir, a la humanidad y al mundo, es honorable. Cualquier cosa que la perjudique, vergonzoso.

El Museo Ludwig de Colonia es un espacio artístico extraordinaro que alberga la excepcional Colección Haubrich, colección que cuenta con obras clave del expresionismo y la nueva objetividad, entre las que destacan el retrato del doctor Hans Koch de Otto Dix (1921), el semidesnudo con sombrero de Ernst Ludwig Kirchner (1911), y obras de Max Beckmann, Marc Chagall, Erich Heckel , Karl Schmidt-Rottluff , August Macke , Heinrich Hoerle, Wilhelm Lehmbruck o Paula Modersohn-Becke.
Cuando el abogado y mecenas Josef Haubrich entregó su colección de arte a la ciudad de Colonia inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1946, a sus habitantes les pareció un mensaje que vaticinaba un mejor nuevo mundo por venir. 
Las imágenes perdidas hacía mucho tiempo de expresionistas alemanes y otros representantes del modernismo clásico, perseguidos durante la guerra y  considerados "degenerados", de repente, volvieron a pertenecer a los ciudadanos de la ciudad. Ahora bien, que esta donación pudiera sentar las bases de la colección del Museo Ludwig, y por lo tanto de uno de los museos de arte moderno y contemporáneo más importantes de Europa, todavía estaba en un futuro lejano.
 Dicho esto, y sin saber porqué, de entre todas las salas que he podido contemplar con cierto detenimiento  destacaría sin lugar a dudas  las consagradas al expresionismo alemán, y sobre todo la dedicada a Emil Nolde donde se encuentra una muestra de sus pinturas y acuarelas, expresivas y llenas de color, que ya  forman parte del canon pictórico de nuestro tiempo, y  que nos ofrecen una visión personalísima e inquietante de las grandes convulsiones de la primera mitad del siglo XX. 

Como muestra, su particular interpretación de Susana y los viejos. Algunos intérpretes creen que Emil Nolde retomó en esta obra un tema bien conocido en la historia del arte: la leyenda bíblica de Susana, acosada y calumniada por dos hombres mayores que la observaban mientras se bañaba. No hay pruebas de ello, a pesar de que hasta 1934 el expresionista pintó numerosos "cuadros religiosos" en los que pretendía retratar "tipos judíos fuertes". En este sentido no es descartable que la conocida fijación de Nolde por el judaísmo podría haber contribuido a su representación de "Susana". Pudo haber retomado  también un estereotipo antisemita con las miradas de desaprobación de los hombres, así como con los colores pálidos y brillantes de sus rostros y túnicas, contra los que la figura de la joven mujer forma un brillante contraste. Pero la constelación de figuras y la composición del cuadro también sugieren otro tema de la historia del arte: la representación  de un Jesús de doce años en el Templo con los escribas, un viejo tema del antijudaísmo cristiano y del que es clara muestra la versión  de Durero expuesta en el Museo Thyssen de Madrid.

 No olvidemos, por otra parte, que desde los comienzos  de su carrera, el germano- danés defendió ideas  antisemitas. Así ,Creía que el impresionista judío Max Liebermann era el responsable de su exclusión de la Secesión de Berlín (1911) y que el negocio del arte y la crítica estaban controlados por judíos, de los que casi nadie se atrevía a hablar por miedo a su poder e influencia en el negocio del arte. Nolde pudo haber recreado  su versión de la joven amenazada por este poder, incluso si no pretendía ser una Susanna moderna, pudo haberla presentado como una alegoría de su lectura del expresionismo alemán supuestamente comprometido con la introspección y la verdad, que era desaprobado, escarnecido y combatido por los potentes funcionarios judíos del arte. 
No obstante, bajo el régimen nazi, Nolde prescindió de los temas bíblicos, y en lugar de judíos pintó ahora vikingos nórdicos, elaborando incluso un plan de desjudificación que fracasó siendo, paradójicamente, más tarde su arte considerado como  "degenerado", y en 1941  excluido de la Cámara de Bellas Artes del Reich. Esta es una de las razones por las que Nolde  pudo afirmar haber sido víctima de los nazis durante la posguerra salvando su obra de la humillante depuración llevada a cabo por los aliados con su plan de desnazificación.
Pero como dice Kant en la Crítica del juicio, el arte puede tratar de cualquier asunto y promover cualquier  sentimiento, independientemente  de su moralidad y del horror que pueda  despertar. Las composiciones de Nolde parten de gestos rápidos y espontáneos, grandes manchas de color y agresividad de acción sobre la superficie del lienzo que evidencian la aparición de un impulso, más que el análisis plástico de una situación. El color, el trazo y los volúmenes rompen con concepciones establecidas y buscan transmitir espontaneidad. Se trata, no de representar lo que se ve, sino de construir pictóricamente lo que siente: pasión, deseo y emoción. En Nolde se puede encontrar, naturalmente, lo grotesco- visionario influído por diversas fuentes entre las que destacan la mitología de las sagas nórdicas. El Expresionismo de Nolde hace visible lo invisible. Se aparta del  naturalismo, convencido de que una obra de arte ya no podía ser una representación ilusionista de la realidad. Su objetivo declarado era, por tanto, dar expresión a sus propios sentimientos y percepciones: el color se liberó de su función descriptiva, los motivos se volvieron estilizados y dinámicos, las formas representadas se deformaron a menudo y la perspectiva se distorsionó.
 Mi patria, dejó escrito Nolde, "era como un cuento de hadas, en el país llano, mi país, más allá miles de alondras flotando jubilosas arriba y abajo, mi país de las maravillas de mar a mar..." Esa patria era Seebüll ,cerca del Mar del Norte, en medio de un paisaje pantanoso único y prístino en la frontera con Dinamarca. Emil Nolde sintió que esa  era su casa. En ningún otro lugar se  obtendrá una visión más profunda de la obra y la vida de este artista excepcional. Solo en  Seebüll se puede entender cómo Nolde fue capaz de traducir en color la tensión y la intensidad de un momento. Un horizonte infinito, el cielo profundo y las nubes imponentes: en la extensión incomparable del norte de Frisia, el arte de Nolde cobra vida .

Let's be careful out there 
 





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