domingo, 2 de abril de 2023

Oda al ciclismo.

In vain do individuals hope for inmortality, or any patent from oblivion, in preservations below the Moon.

En vano los individuos confían en la inmortalidad, o en cualquier privilegio que los exima del olvido, en preservase de la luna.

Sir Thomas Browwne.


Decía Cyril Connolly que cualquier poeta con talento podría escribir "los multitudinarios mares enrojecidos", pero sólo un maestro podría salir indemne tras escribir cosas como " te ruego que me desabroches este botón" o el quíntuple" jamás" de Lear: Tadej Pogacar va camino de convertirse "pedal mediante"en uno  de esos escasos maestros 

El Tour de Flandes comenzó en 1913, y desde entonces nunca ha faltado a su cita anual, ni las dos guerras mundiales ni la mal llamada pandemia del Covid, fueron quienes de impedir su desarrollo. Una carrera definida por sus tortuosos giros, vueltas, subidas empedradas y estrechas ratoneras, el Tour de Flandes, o Ronde van Vlaanderen , es posiblemente la mejor de las Clásicas.

La ruta puede cambiar ligeramente cada año, este año comenzó en Brujas,  pero los infiernos que llenan la región y definen la carrera son un hecho garantizado para forjar la leyenda de un Monumento extraordinario. En la Ronde sólo sobreviven los más fuertes.

 En el ánimo de sus fundadores, el joven periodista deportivo Karel Van Wijnendaele, y el director del periódico Sportwereld Leon den Haute, estaba  crear algo que fuera más que una simple carrera de bicicletas, y a fe que lo lograron, pues no  hay otra carrera que defina a una nación como el Tour de Flandes. 

En su dilatada trayectoria, solo un puñado de ciclistas ha conseguido el título en múltiples ocasiones. Ciclistas como Achiel Buysse, Fiorenzo Magni, Eric Leman, Johan Museeuw, Tom Boonen y Fabian Cancellara han ganado en tres ocasiones. Reyes de los adoquines, Boonen y Cancellara son los únicos ciclistas que han logrado el doblete de las clásicas adoquinadas (Tour de Flandes y París-Roubaix), dos veces, lo que los convierte en leyendas en ambas carreras.

En cualquier caso, lo realizado hoy por Tadej Pogacar es de una magnitud y una belleza deslumbrantes. La bici del pequeño esloveno avanza y uno se pregunta por qué. Unos dicen que se debe a su descomunal capacidad de mover watios, otros a su talento innato para esto del pedal y tambien los hay , entre los que me encuentro, que afirman que ambas cualidades serían nada sin su capacidad para llevar el talento a la categoría de lo sublime. Así actuó en el segundo paso del Oude Kwaremont, a falta de 55 km para el final, para ir a la caza y captura del grupo de escapados que se encontraban a dos minutos, rompiendo la carrera y abriendo de paso un pequeño hueco con Van Aert y Van der Poel. De todos modos el asunto estaba todavía por rematar,  y fue entonces, en la última ascensión al Kwaremont, a falta de 18 km para meta, cuando con la violencia sin reparos contenida en el golpe del hacha del leñador, el aguerrido esloveno cambió de ritmo para despedazar a todos sus rivales apenas convertidos en una largo desfile de  rostros inexpresivos desparramados a lo largo de los 400 metros del último paso por el Paterberg .Después de 260 km, el pollo estaba hecho: Tadej abrió el horno y desperdigó su aroma, para 13 km más tarde conquistar, con tan solo 24 años su cuarto Monumento. 

Let's be careful out there. 

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