domingo, 16 de abril de 2023

Una pinta de Amstel para Pogacar


Érase una vez un tiempo" en el que Holanda no era el pequeño país que  conocemos: se extendía hacia el sur por una tierra montañosa y salvaje en la que todo podía suceder.
Cees Nooteboom, En las montañas de Holanda

Asombroso, pasmoso, admirable, deslumbrador, impresionante, colosal, gigantesco, portentoso...con tan sólo  24 años, Tadej Pogacar agota todos los matices de lo extraordinario. Lo ejecutado hoy por el esloveno en la Amstel Gold Race es una mezcla alquímica de inteligencia finísima, frialdad y sentido de la estrategia difícil de explicar en un ciclista de su edad. Así, en el Cauberg, a 80 km del final, en un primer estallido de potencia arrastró a una quincena de hombres con la lengua de fuera, en un apabullante paisaje, a través del laberinto húmedo de carreteras estrechas y arcenes enlozados de la altiplanicie holandesa. 
Con la frialdad de un matarife, Tadej aguantó el pinchazo en su tubeless durante 35 km, hasta que el coche del UAE pudo acercarle una nueva bicicleta, sin sufrir ataque alguno por parte de sus rivales, quizá más preocupados por conservar los dientes, tal era el peligro del estado de algunas curvas, que en retar al  esloveno. 
Próximo el desenlace, a 27 km de la meta en Valkenburg, sólo dos de ellos,  Ben Healy y Tom Pidcok, llegaron con él a pie del keutenberg conservando la lengua dentro de la boca y alguna  opción. Allí, delante de sus narices, el  esloveno amartilló con sigilo sus piernas y en lo que apenas dura un suspiro desapareció dejando a Tom y a Ben sin aliento y sin opciones. Llegó en solitario, como sólo los audaces beben el placer.
"En las montañas de holanda" pequeña joya del gran Cees Nooteboom,  el lector, como muy  bien refleja Alberto Manguel en su prólogo, es "como el público de un espectáculo de magia, alguien que se sabe engañado y se deja engañar; el autor es el creador de ilusiones, el hechicero poderoso; la literatura es un circo, un teatro".
 La misma magia escondida en el abrumador recorrido de la Amstel Gold Race, ligada a la conocida cervezera holandesa de Limburgo, que surgió con la idea fundacional de sus  promotores en 1966 de tener en Holanda una gran clásica que rivalizara con las belgas: pues ya la tienen.

Let's be careful out there 

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