"No tendrás mucho tiempo para comprender y hacer las cosas. El tiempo que nos dan, esa cosa que llaman vida, dura demasiado poco. De manera que es necesario que todo suceda muy deprisa."
Oriana Fallaci.
Hoy por hoy , la superioridad de Tadej Pogacar resulta tan insultante que uno se pregunta en broma, si el esloveno va en eléctrico, como acusaron en su día de ir, en esa ocasión en serio, a Fabián Cancellara cuando en el 2013 coronó con éxito Flandes y Roubaix. Ni va el esloveno ni en su día lo fue "espartaco".
Aunque la victoria de hoy en La Flecha- Valona, sin apenas tiempo de ducharse tras su triunfo en la clásica de la cerveza, ( ¡ hace dos días! ), a buen seguro engendrará sobre el particular dudas y cháchara entre quienes saben de ciclismo tanto como los criminales tragaldabas que diseñaron el trazado del carril bici de Lugo, la única verdad es que a la hora de afrontar la subida del decisivo Mur de Huy, no hay pilas que valgan, y de lo que estamos hablando se resume en mantener la claridad, estar bien colocado y haber conservado la fuerza suficiente para en los ultimos 200 metros no reventar como una castaña. Y eso fue lo que hizo Pogacar, ( muy bien arropado por su equipo hasta el inicio de los 1, 3 km del Mur ) en Valonia, para cruzar la meta con la misma facilidad que el regimiento 101 alemán cruzó el Mosa en mayo de 1940, y anotarse su segunda victoria en el tríptico de las Ardenas.
El esloveno es un tío de saque, en tres días se ha metido entre pecho y espalda sin apenas inmutarse, chuletón y entrecot. El domingo en Lieja, veremos si es capaz de comerse el solomillo .
Let's be careful out there
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