sábado, 12 de septiembre de 2020

Yo, pecador me confieso.


(Yo, pecador me confieso)

Hoy me he despertado con la cabeza repleta de curvas femeninas. Plegadas entre el lóbulo temporal y el lóbulo frontal, me incitaban sinuosas,como el  trazado del circuito de Spa desafía a un piloto.

Toda promisión es vana , pensé, y resolví no volver a dormirme con las  páginas del Playboy entre las manos. Lo cierto es, que la cruda realidad de mis dolorosos cincuenta años sumada a la nulidad de mi prestigio social y mi aislamiento, favorecía que toda aquella potencialidad de bellas geometrías surgidas de la ínsula de mi cerebro, se redujera a inane polvo como un pedazo de tiza en las  manos de Gabriel Rufian.

( Ante vosotras hermanas)

 Luego, el agua fría se encargó de arrugar  los restos de voluptuosidad que, mezclada con aroma de lavanda, desapareció por el desagüe  de la ducha. 

Todo transcurría con normalidad hasta que, mientras disponía  el  desayuno sobre la mesa,escucho en la radio que el Ministerio de Igualdad cuenta como acoso sexual las miradas, bromas, e insinuaciones y las computa como violencia contra la mujer. De repente, me vi convertido en un delincuente. Todo mi inconsciente convertido en figura penal. Deseé ser Tony Soprano sentado en el diván  de Jennifer Melfi.

( Que he pecado mucho)

Y es que, una reciente macroencuesta arroja unos datos  espeluznantes: una de cada dos mujeres( el 57, 3%) declara haber sufrido violencia por ser mujer, en total 11 millones largos de mujeres mayores de 16 años. 

La rebanada de pan con aceite de oliva extra  primera presión en frío que estaba masticando, obturó parcialmente mi garganta.Tras reponerme del trauma inicial, aunque  todavía pálido, intento digerir la noticia con los Crispis triduleando como grillos dentro de la taza de leche.  

No resulta fácil columbrar  de buenas a primeras donde se encuentran los verdaderos desafíos a la libertad, dónde se celan las advertencias  y qué argumentos emplear  para desmontar a sus piezas. Sin embargo, vislumbré claramente la intención de la ministra después de oír su  respuesta a una de las preguntas de una diputada en el congreso.

¿ Para qué sirve el ministerio de Igualdad?

 La finalidad es marcarte y afrentarte por el hecho de ser hombre levantando un  constructo ideológico que no sólo  te despoja de los más elementales principios del derecho,  sino que dice adiós al individualismo metodológico y normativo. Como bien  dice Barry: "es violencia estructural estúpido" porque "es una estructura patriarcal la que induce la incapacitacion de la mujer para ser agredida, y seguir siendólo, y esa estructura de género es transversal, no dependiente del estatuto socioeconómico ni de otros factores más allá del sexo". 

( De pensamiento, palabra, obra y omisión)

Y si no te lo crees, dudas, o te lo tomas a chirigota, el Tribunal Supremo, devenido en inquisición feminista, clarifica tu mente y aplica sin paliativos la asimetría penal ( con dos cojones) afirmando que: " lo básico es el contexto sociológico de desequilibrio en las relaciones: eso es lo que el legislador quiere prevenir; y lo que se sanciona más gravemente, aunque el autor tenga unas acreditadas convicciones sobre la esencial igualdad entre varones y mujer[...]. Ahí es nada.

( Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa)

Como bien explica Sánchez Baena, los juristas alemanes propugnaron el desplazamiento del derecho penal del tipo delictivo al tipo humano, pasaron de una justicia que juzgaba hechos a una que condenaba autores o tipologías de delincuentes por su razón de ser y no por sus actos. Esta idea del derecho penal llegó al paroxismo con el «derecho penal del enemigo», como lo definió en 1985 el jurista alemán Günther Jakobs.

( Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a las ángeles, a las santas, y a vosotros hermanas)

Y continúa:

"Actualmente vivimos inmersos en un proceso de ideologización del Derecho Penal que los populistas excusan en la protección de identidades colectivas, principalmente el género (sexo) y la idiosincrasia nacional. En torno a la erróneamente llamada «violencia de género» y las actuaciones delictivas cometidas por inmigrantes se ha generado una alarma social impostada y sobredimensionada políticamente, que no se corresponde con su escasísima incidencia a nivel estadístico, pero que revela que la pretensión de sus respectivos agitadores no es solventar un problema real, sino convertir la identidad colectiva en un arma de agitación social y en un catalizador para subvertir el Estado de Derecho."

El siguiente cuadro resume la distinción de trato tomando como ejemplo los hechos declarados probados en sentencias diversas.


Todo vale, cualquier hombre es susceptible de ser  presa legítima de este putrefacto sanedrín de Igualdad del que las principales víctimas son las mujeres. 

Yo conozco mujeres que no necesitan  la  custodia de ninguna ministra. Mujeres adultas que cuidan y se respetan a si mismas, mujeres a las que les  basta un gesto y  una mirada para medirle la distancia a un imbécil; que se  visten y desvisten cómo ,  cuándo, dónde,  y con quien quieren.

Igualdad no pretende erradicar ningún tipo de "violencia estructural no contemplada en las cifras " como afirma la ministra, sino fomentar el odio y el rencor entre hombres y mujeres, bajo el manto de unas encuestas desvirtuadas e interpretadas torticeramente, con el designio de absolver a quien cumpla sus imposiciones, otorgar acreditaciones morales, y repartir plataformas, institutos, secretarías y demás pesebres, entre todo un ejército de conmilitonas ávidas de la yugular del contribuyente. Otro  oprobio más de esta Medusa que nos gobierna.

En el suelo de mi dormitorio ha quedado abierto el playboy: hay que ver lo  buena que está Gianna Dior.

( Que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. Amén.)

Lágrimas negras. Diego Cigala, Bebo Valdés.

Let's be careful out there 

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