miércoles, 23 de septiembre de 2020

Estudiar y descartar.

Demóstenes a Esquines— Al oír tu discurso han dicho: ¡qué bien habla! Al oír el m,0ío han corrido a empuñar las armas. Plutarco.

Leo en un periódico el siguiente titular: Ayuso estudia extender a otras zonas las restricciones y no descarta más medidas para toda la región. 

Tranquiliza leer que no estudia la posibilidad de extender el virus, al menos por ahora. No es cosa de tomárselo a chote. 

En lo referente al estudio, la Presidenta madrileña no manifiesta ninguna peculiaridad con respecto al resto de la fauna y flora política, pues es de sobra conocido el ahínco y  la perseverancia con los que todo gobernante español y su gabinete de notables se dedican al estudio y la resolución de problemas. En cuanto al descarte, no dudará en desprenderse de lo que haga falta y de quien sea necesario en función de cómo  transcurra el juego y de las cartas que le queden.

 Mientras la sociedad civil, hay que ver lo que le cundió el estudio a Hegel: " brinda un espectáculo de extravagancia y miseria así como la corrupción física y ética común a la satisfacción de las necesidades, tanto las necesarias como las contingentes", agitadores profesionales como Iglesias, y peligrosos cursis de alfeñique estilo Errejón, resucitan vacías e inútiles discordias y llaman a la acción, a levantar barricadas lejos de donde viven. Ambos filibusteros saben que las emociones se enfrían tan pronto como termina la función. Por ello, cuanto más tiempo se mantenga el virus como protagonista, más crecerán sus pobres  personajes construidos a base de turbios monólogos, de sofismas patéticos:" De un patrono nunca puede venir nada bueno".

Viven de crear un sistema de necesidades del que esperan sacar beneficio. Saben, como intuyó el maestro de Stuttgart con perspicacia que:" Al final, pese a todos los esfuerzos, las medidas legales serán sorteadas; los agentes económicos abusarán de su posición de dominio; y las divisiones sociales se acentuarán a medida que los grupos de  interés tratan de  imponer  sus valores  y su visión".

Volviendo a Ayuso, en lo que sí ha demostrado Doña Isabel cierta cualidad es en la forma en la  que se ha dejado chulear por Sánchez. La historia es inveterada : Chico conoce chica en una fiesta, se acuesta con ella, la deja embarazada, y se larga. Ya están tardando en crear desde el Ministerio de Igualdad  dos o tres Comisiones para investigar  los hechos.

 Por otro lado, hay que reconocerle  a Sánchez su inigualable capacidad de burlador. La importancia del legado de Zapatero en desfachatez amedrenta a cualquiera, pero Sánchez no es cualquiera. De otro modo, cómo explicar la aceptación sumisa por parte de la Presidenta de toda la  grotesca performance en la Comunidad de Madrid, remachada con esa rueda de prensa saturada de rojo, sino es por la inexplicable fascinación mórbida que ejercen los sátrapas: si me necesitas , llámame, y Ayuso lo llamó.

 Quienes dirigen la carrera de Sánchez lo han persuadido de que" Es preciso probar antes a uno como traidor y luego provocar a los oyentes contra la traición" como enseñó Teón en sus ejercicios de Retórica. 

Sánchez obedece, ha oído de los pájaros, como Sigfrido, que si se baña en la sangre del dragón, es invulnerable.

Escribe Woods en" Critique de l' argumentation": :Como orador, Hitler nunca se molestó en probar lo que decía: afirmaba para desencadenar la emoción... Consideraba a su auditorio como una mujer que debe ser en primer lugar desnudada emocionalmente y después seducida para luego abandonarla. Los últimos diez minutos de su discurso parecían un orgasmo verbal."

De esta  infame manera,  salvando las distancias, trató Sanchez al Dragón madrileño. A la espera de que mane la sangre, prepara el cáliz.

Sigfrido. wagner.Act 2. PreludioWagner

Let's be careful out there. 



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