El instante es la inaprensible fugacidad de lo decisivo. Cuanto más lo ansiamos más se nos escapa.
El instante no tiene historia ni proyecto.
El instante es percatarse del destello que es duración, pero que al mismo tiempo es transcendencia y eternidad.
El instante es inaccesible, no podemos atraparlo ni perderlo. El instante es la inaprensible fugacidad de lo decisivo. Cuanto más lo ansiamos más se nos escapa. En el instante no hay dentro ni fuera. El instante es una experiencia poética del mundo, la intersección de la belleza reducida a un punto sin coordenadas. El instante es refractario a la fiscalidad del valor, pues es inconmensurable. El instante no tiene conciencia pero perdura. Ahí, sin saber cómo ni porqué. En ese ahí, somos una inmensidad.
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