viernes, 3 de abril de 2020

Il Dottore

Voy a construir una carretera, dijo. En algún lugar, no sé, pero la construiré. Una carretera como nadie se la haya imaginado nunca. Una carretera que acaba donde empieza...Y, ¿Sabe qué le digo? , la haré lo suficientemente larga para que quepa toda mi vida, curva tras curva, todo lo que mis ojos han visto y no han olvidado.
Alessandro Baricco.

Con qué palabras contaré esta tan espantosa hazaña... o con qué razones la haré creíble a los siglos venideros...?
Miguel de Cervantes.

"Wo aber Gefahr ist, wächst
Das Rettende auch".
    "Pero donde hay peligro, crece también lo que salva"
Hölderlin.


No sé por dónde comience, ni cómo acabe, sea pues por  la Ley General de Sanidad que en su artículo Artículo 14 ,entre otras cosas, dice lo siguiente: "Corresponden  al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad :
"La  gestión  de alertas  que procedan  de la Unión Europea,  la Organización Mundial  de la Salud y demás organismos  internacionales y, especialmente, de  aquellas alertas contempladas en el Reglamento  Sanitario Internacional (2005)..." 
Cuentan que el Gobierno desoyó  la alerta de Emergencia Internacional por Coronavirus  emitida por la OMS el 30 de Enero. Me cuesta creerlo, serán invenciones de quienes siembran discordias. No obstante, sucede que tengo ya  los huevos lo suficientemente pelados( concepto que tomo prestado de mi amigo Juan Castro Trillo) como para obviar sugerencias como la de Montero González  en Sed de Champán «El Charolito sólo se fiaba de su polla. Era la única que nunca le daría por el culo». 
El gobierno no miente, actuaron de inmediato (in time) cuando sus expertos altamente cualificados, advirtieron  en la madrugada del día 8 de Marzo ( atentos centinelas ) sobre la oscura noche , el verdadero rostro del virus.Todos lo dicen pero yo no fio.
De qué sirve sembrar locas imposturas, si viene un desengaño que arrasa con todas nuestras cotidianas certezas?
De todas formas, hay que ir con oídos de plomo para soportar todas las  patrañas ocultas dentro del enorme Simulacro al que nos someten quienes nos desgobiernan. Jugar con las palabras no evitará millones de muertos, despojadas de valor, canjeables, las palabras son bombas de racimo arrojadas  el corazón del sistema.
Decía Pascal que " es una locura ser sensato entre aquellos que están locos". Nunca, como ahora, los sensatos  han sido tan necesarios. No conozco nada más próximo a la sensatez que al Doctor Manuel Fernández Muinelo. Un equipo capitaneado por él, será un equipo  ordenado, atento, eficaz, buscará soluciones porque sabe lo que quieren, porque tienen una misión, una meta, un anhelo, porque responden de sus actos.
Sè lo que digo, conozco a Manuel desde la infancia y tengo el honor de encontrarme entre sus amigos.
No se trata de perseguir un balón sin más. Perseguir un balón no enseña nada más que perseguir un balón. Hay que pensar con los pies (moverse con inteligencia) desechar ideologías de ocasión, deshacerse de las cerriles reminiscencias ancladas en nuestra sociedad, retales del patapúm pá lante, del Clementismo futbolístico, tan ineficaz como aburrido: nada más inoperante que la descabezada furia española. Sobra decir que para ser campeones del mundo hubo que cambiar de filosofia " cortita y al pie ", ya se sabe, Don Paco Gento.
En realidad, nada resulta más sospechoso, que la abundancia inopinada.  Por desgracia, entre nosotros prolifera una clase política, repleta de glóbulos blancos que infecta nuestras instituciones con la cabezonería irracional  de una enfermedad autoinmune.
Venceremos al virus( no sólo al covid 19) si somos capaces de armar nuestra convicción y nuestra voluntad  con la intensidad apasionada de los intrépidos, con la honradez, cualificación y Bonhomía de los mejores. 
Uno de ellos ( de los nuestros) es el Doctor Manuel Fernández Muinelo.
Yann Tiersen Tabarly













No hay comentarios:

Publicar un comentario