lunes, 16 de diciembre de 2019

Lie down and think of England.

Rubens iglesia  de San Pablo. Amberes
Haendel es el más grande compositor que haya existido alguna vez... Descubriría mi cabeza y me arrodillaría en su tumba
L.V. Beethoven.


La forma no es la representación física (es decir, la proyección o el 'doble') de la cosa, sino la cosa misma sublimada, incorporada del plano de la experiencia sensorial al del pensamiento.

Según Sir John Hawkins, en A General History of the Science and Practice of Music, de 1776, Haendel “era en persona un hombre con gran porte. Sus andares, que siempre andaba con prisas, eran poco agraciados, pues tenía un cierto tipo de movimiento balanceante, que hacía ver que sus piernas estaban arqueadas. Sus rasgos estaban marcados con finura…”. Esta definición tan superficial quedaría aclarada con las descripciones de Charles Burney, el afamado historiador británico, en su libro An Account of the Musical Performances… in Commemoration of Haendel de 1785. Aquí afirmó Burney que “la figura de Haendel era grande, y en cierto modo también corpulenta, y difícil de manejar en su movimiento, pero su carácter, el cual recuerdo como si lo hubiera visto ayer mismo, estaba lleno de ira y dignidad, e ideas de superioridad y de genio. Era impetuoso, rudo, y tajante en sus maneras y conversaciones, pero totalmente desprovisto de malicia.”

Leo en la prensa con agrado los resultados de las elecciones en Gran Bretaña, y pese a la mayoría de las opiniones en contra, envidio una vez más la inteligencia y arrojo de los británicos al dar la victoria a Boris Johnson y elegir un camino al margen de la depauperada, inoperante, y fallida Unión Europea.
casa de Handel en Brook Street
Mi anglofilia es antigua, recuerdo ver en la televisión la regata Oxford- Cambridge ,las carreras de caballos en Ascot, los partidos del cinco Naciones de rugby , (la emocionada y profesional narración de Ramón Trecet, su respetuoso silencio mientras sonaba “la tierra de mis padres” himno magnífico de Gales) , pero lo que a mí realmente me seducía, era el" 15 de la rosa", la grandeza de Twickenham, la irreverente chulería británica ante la amenaza nazi y su heroica resistencia que aprendíamos en el colegio. Por algún motivo desconocido, me atraía la simbología de la pèrfida Albiòn, como a otros puede atraerles la Muñeira.
Años despuès, tras recorrer sus paisajes, transitar sus calles,acudir a sus teatros y hablar con sus gentes ,disfrutar de su mùsica y de todo aquel aire de insospechada libertad que ofrecía londres en los años 90 , mi admiración se consolidò pese al hecho paradójico de constatar que los ingleses nos despreciaban y nos desprecian.
Una tarde, en una pequeña iglesia cercana a Haymarquet  escuchè con insospechado placer un oratorio en el que la congregación participaba en el cántico siguiendo jubilosa al coro. En ese instante comenzè a advertir què era Inglaterra : toda su dimensión solemne de colectividad se personificaba en aquel pequeño coro.


Escribe Wagner en su autobiografía:” en mi visita a londres llegué a comprender el verdadero espíritu de la cultura musical inglesa que está relacionado con el espíritu del protestantismo inglés. Esto se refiere al hecho de que un Oratorio atrae al público mucho más que una Opera. Otra ventaja se asegura por el sentimiento de la audiencia de que una tarde pasada escuchando un oratorio se considera una especie de servicio religioso y es casi tan aceptable como ir a la iglesia . Todos tiene en sus manos una partitura de piano de Handel del mismo modo que se tiene en una iglesia un libro de oraciones ...por ejemplo al comienzo del coro “aleluya” todos consideran apropiado ponerse en pie …”

El reconocimiento del gran músico de Sajonia , nacionalizado inglés, no tiene parangón con el de ningún compositor de su época.Este reconocimiento se cimentó sobre todo en la composición de oratorios y música ceremonial que, con el paso de los años se ha identificado como un elemento fundamental de la cultura inglesa.Cuando asistí a la representación del Mesías mi admiración fue definitiva.
El Oratorio tiene sus orígenes en el siglo xvi y fue promovido por la congregación del oratorio de San Felipe Neri hacia 1575 cuando por bula pontifica es aprobado como casa de reunión para el ejercicio de actividades religiosas.
En inglaterra no es hasta la llegada de Handel cuando este género comienza a ser aplicado y valorado incluso por encima de la propia ópera de estilo italiano que imperaba hasta entonces. A esta rápida aceptación del género contribuyò el aumento del espíritu nacionalista tras el tratado de Utrech.
“Sus oratorios –casi la única faceta apreciada [en Inglaterra] de su producción-, transformados abiertamente en música religiosa que glorificaba a la nación británica como pueblo elegido, formaron parte de las tradiciones –en gran medida, inventadas- con que se reelaboraba el pasado para forjarse unas señas de identidad propias. Y desde entonces esta música se consideró tan consustancial a la cultura inglesa como el God save the King, el té de las cinco o la práctica del críquet y otros deportes.(Martín Galán, 2004: 12). Por todo ello, Haendel se convirtió en un compositor rico y ampliamente conocido. La creciente prosperidad económica y social de las clases medias había llevado a un auge del nacionalismo y a una defensa de la iglesia anglicana sobre la católica por parte de unos nuevos espectadores que solo comprendían su lengua y que estaban dispuestos a sentirse “edificados” por el mensaje moral de la obra al mismo tiempo que se sentían deleitados por las pirotecnias vocales, las brillantes fanfarrias de las trompetas y los timbales y los vibrantes números de los coros. A todo esto se unía el innato talento para el espectáculo por parte del compositor de Halle, quien, desde luego, supo dar espectáculo tanto a la corte como a las masas (Banús, 2009: 9-10). Como vemos, el empleo del inglés fue muy positivo para la recepción de los oratorios por los ciudadanos de clase media.”En una era de prosperidad y de expansión de su imperio, era imposible que los públicos ingleses no sintiesen cierta afinidad con el pueblo escogido de la antigüedad, cuyos héroes triunfaban con el favor especial que les otorgaba Jehová (Grout, Palisca, 1999: 544).
Interior museo Handel- Hendrix. London.

El Mesías fue compuesto en 24 dias y estrenado en Dublín en un momento de la vida de Handel en el que el desaliento y el desánimo han hecho mella, y que en un supremo esfuerzo reacciona contra la adversidad con la la única arma de la que no había sido desposeído , su talento creador.
Christopher Howgood ha subrayado que el triunfo sufrido por El Mesías desde su primera representación y su vigencia no debe esconder el hecho de que, para Haendel, en un primer momento la obra fuera un proyecto efímero en el que no esperaba lograr una gran notoriedad: La vigencia actual del ‘Messiah’ hace difícil comprender que para Haendel su composición fue una empresa ocasional, insegura en sus resultados y probablemente irrepetible. Es el único oratorio verdaderamente ‘sacro’ que escribió, fue el único que se interpretó durante toda su vida en un edificio consagrado, y, sin embargo, fue pensado, según las palabras de Jennens, como ‘un escogido entretenimiento’. Aunque quintaesencialmente es obra de un compositor teatral, carece de acción en sentido teatral; no presenta bandos enfrentados (israelitas contra filisteos, por ejemplo), no hay un protagonista concreto, el texto combina la profecía y su realización y el drama se presenta de modo indirecto , a través de conclusiones y crónicas, casi nunca de forma narrativa (1988: 155)
Es una obra redonda pensada para ser escuchada una vez , sin que se produzcan altibajos en la atención del oyente. Boceto sobre boceto se transforma en una gran macroestructura equilibrada, en la proporción de recitativos arias y coros. Handel es un gran arquitecto musical al que preocupan menos los detalles que el conjunto de la obra, lo cual genera un clima de ambigüedad de una enorme eficacia dramática.
Charles Jennens autor del libreto uilizó pasajes de la biblia y del prayer book ( libro de oraciones), y dividiò la obra en tres partes dedicadas al nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
De manera brillante el Mesías se desarrolló privando al espectador de la fascinación del diálogo, suprimiendo la presencia de los personajes que la historia ha consagrado, renunciando a la aportación de un narrador que haga participes en cierto modo a los espectadores de las acontecimientos.. No es el gran retablo unitario que fluye de modo gradual como en las pasiones de Bach sino el político, lo que le permite salirse del tema, y entender el discurso como una verdadera alegoría fuera del tiempo y de la historia. Es esta visión haendeliana una visión con un cierto sentido acrítico , transmisora de una concepción dogmática superpuesta al sentir individual ,y por tanto, edificante solo en la medida en el que el dogma se identifica con la moral. La emoción es intensísima y obedece sin duda a una inspiracion mistica que pone a Cristo en el centro del Universo.



Cada vez me resulta más difícil ir hacia atrás , buscar en el pasado mis huellas, no desistir en el infructuoso anhelo de un anclaje; por otro lado estoy convencido de que, como escribió el gran historiador Burguiere: ”El único medio de resistir a la evidencia del presente, de descubrir el absurdo en el corazón de ese impensado que da sentido a todo lo que creemos pensar y decidir libremente, la única posibilidad de hacer que nuestra historia sea otra cosa que un vagabundeo ciego en un laberinto lleno de ruido y de furor, es recomponer el hilo de Ariadna de las metamorfosis sucesivas de nuestras categorías mentales para reconstruir su génesis. “.
Lìo el mágico ovillo dentro del laberinto de este presente invernal, y escucho con deleite extremo, este monumento al espíritu humano que es el Mesías de Handel poniendome en  pie, como marca la tradiciòn al comenzar el Hallelujah


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