Aprenda o viaxeiro a deixarse, en
Mondoñedo, aloumiñar polo silencio, por unha música antiga que
anda no aire, na auga das fontes, no eco das campás. È como un
veludo morno. È non me cansaría de recomendar, se fixese unha guía
de Mondoñedo para poetas, que o visitante se mesturase co silencio
enormes cidade e do Val es da pausa do modo cotián vivir, se quixese
recibir de Mondoñedo o Galano das súas máis íntimas esencias.
Álvaro Cunqueiro.
Desplegándose por el Paseo de la
Alameda, un denso silencio choca contra las paredes del Santuario
de los Remedios y las agrieta, grabando en ellas, subterfugios
finísimos, como hilos de telaraña .Desde una de las torres del
Santuario, una sombra fija en el suelo una geometría como de túmulo,
mientras dos ángeles alados despliegan la esperanza del adviento
rasgando la noche; música de flautas resuena sobre los pesados
muros del hospital de San Pablo. Un sonido repentino capaz de
penetrar en el silencio.
Fabulosos Castaños de indias bajo las
órdenes de Monolito central, Moái del árbol ,custodian el
Santuario, y velan el sueño mágico de la Ciudad mientras duerme.
Es Mondoñedo una ciudad de prodigiosa
música, de rumores de agua que se escurren desde los poderosos lomos
de la sierra del Xistral , de calles estrechas y empedradas, de
soportales que protegen de la lluvia y retienen el eco velado de las
conversaciones, de umbríos bosques, de esquinas propicias a los
abrazos furtivos y los asaltos.
Además, Mondoñedo es Villa Episcopal,
y en ella vivió el obispo Fray Antonio de Guevara, cronista de
Carlos V, [ en el prólogo de El Quijote, Miguel de
Cervantes escribía: “ si (tratáredes ) de mujeres rameras está
el Obispo de Mondoñedo que os prestará a Lamia, Laida y Flora cuya
anotación os dará gran crédito”] que, en su obra Menosprecio de
Corte y alabanza de aldea, dice así: " En el aldea, no hay
gente que te dé codazos, no hay caballos que te atropellen, no hay
pajes que te griten...Es privilegio de aldea, que para todas las
cosas haya en ella tiempo cuando el tiempo es bien repartido; y
parece ser esto verdad en que hay tiempo para leer en un libro, para
rezar en unas horas, para oír misa en la iglesia, para ir a visitar
los enfermos, para irse a caza a los campos, para holgarse con los
amigos, para pasearse por las eras, para ir a ver el ganado, para
comer si quisieren temprano, para jugar un rato al triunfo, para
dormir la siesta y aun para jugar a la ballesta. No gozan de este
privilegio los que en las cortes andan y en los grandes pueblos
viven, porque allí lo más del tiempo se les pasa en visitar, en
pleitear, en negociar, en trampear y aun a las veces en suspirar.
Como dijesen al emperador Augusto que un romano muy entremetido era
muerto, dicen que dijo: «Según le faltaba tiempo a Bíbulo para
negociar, no sé cómo tuvo espacio para se morir.».
Pero, Mondoñedo es también un
deslumbramiento imaginado por Álvaro Cunqueiro, verdadero inventor
del realismo mágico, con quién se puede hablar sentándose a su
lado en el banco de la asombrosa plaza Grande de la Catedral, muy
cerca de donde tiene su sede la Casa- Museo dedicada a su memoria.
La catedral es el punto neurálgico de
la Ciudad una ecléctica mezcla de románico, gótico y barroco-
reflejados en la maravilla de su pórtico, su bellísimo rosellón, y
en las dos torres , donde en ocasiones, la niebla teje nubes donde
anidan los magos.
Su interior conserva las pinturas
murales entre las que destacan la Degollación de los inocentes.
Cierta tarde me dijo Don Álvaro que"
el silencio era producto de la cultura, una conquista intelectual y
sentimental y que quisiera encontrar en el catálogo de los silencios
, el profundo, ilustre, lento aliento de su ciudad, un silencio de
calidad, como de vidrio ,ese que existe porque solo puede romperlo
una campana."(...) "Un silencio que se deshace, y la calle
se puebla de imágenes, de figuraciones , de música, que es lo mismo
que poner un rostro ante un espejo"... que "Hay un gris que
está en la pizarra de los tejados mindonienses ,una plata fría y
opaca, venosa, que he visto en Sánchez Cossío, a quien un día
advertí que estaba pintando con <Mondoñedo> como otros pintan
con <siena>..."
Sin embargo, Mondoñedo es para mí
,sobre todo, el olor de una hogaza de pan que ha abandonado el horno,
un lugar de acogida, un remanso de quietud, y en ocasiones una
espera.
La imaginaciòn que se derrama en cada pàgina,el quehacer laborioso y exigente, el universo inembargable de un maestro: hacedor incansable de sueños y de fàbulas.
Las máquinas de escribir Smith Premier
fueron producidas por la fábrica de armas LC Smith & Brothers,
situada en Siracusa, Nueva York (EEUU). Su creador fue el ingeniero
Alexander Brown, de quien se dice que vio una máquina de escribir de
Sholes & Glidden en 1876 y prometió mejorar el diseño. Sus
jefes le proporcionaron un taller donde empezó con su trabajo, y en
1889 la empresa lanzó la primera Smith Premier. El modelo nº10,
aparecido en 1908, fue el último de la legendaria serie, que se
caracterizaba por su doble teclado con mayúsculas y minúsculas. La
SP Nº10 es la única máquina escribir de la historia de tipo
"frontstrike" (golpeo frontal) con teclado doble.
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